Mejorar el estado ergonómico de un espacio de trabajo implica considerar varios aspectos relacionados tanto con el entorno como con tu actitud hacia el trabajo.
A nivel personal, es importante estar atento a las señales físicas que puedan indicar que no estás trabajando en las mejores condiciones, como el dolor de espalda. Recuerda mantener una buena postura que alinee correctamente tu cuerpo y distribuya el peso adecuadamente. Levantarte y moverte con frecuencia te permitirá relajar los músculos y evitar tensiones, lo cual es esencial para sentirte mejor. Además, usar calzado y ropa cómodos te ayudará a evitar posiciones incómodas.
Por otro lado, es necesario aplicar las recomendaciones de los expertos en prevención y riesgos laborales para mejorar la ergonomía de tu espacio de trabajo:
- Mantén el lugar limpio y ordenado para permitirte moverte con tranquilidad y comodidad. Además, esto ayudará a evitar el estrés, que puede afectar negativamente el bienestar emocional de los trabajadores.
- Opta por la luz blanca para iluminar tu área de trabajo, priorizando la luz natural siempre que sea posible. Recuerda que la iluminación de tono amarillento puede resultar incómoda para trabajar.
- La temperatura promedio en el espacio de trabajo debe ser de 24 grados, ya que es la más adecuada para evitar resfriados y otros problemas de salud.
- Evita los ruidos y utiliza música instrumental para favorecer la concentración, especialmente cuando realizas tareas que requieren un alto nivel de pensamiento.
- Todas las herramientas de trabajo deben ser adaptables para satisfacer las necesidades de cada empleado.
- Respeta los tiempos de descanso establecidos previamente (aproximadamente 5 minutos cada hora) para garantizar un rendimiento óptimo y evitar la fatiga, especialmente si trabajas con computadoras. Además, asegúrate de colocar la pantalla a una distancia de 40 cm de tus ojos para preservar la salud ocular.
Tomar conciencia de la necesidad de aplicar los principios de la ergonomía en tu espacio de trabajo es fundamental para garantizar un rendimiento adecuado durante tu jornada laboral. Esto implica establecer condiciones adecuadas que cuiden tanto de tu salud mental como física. Por lo tanto, es importante tener en cuenta cada uno de los requisitos de esta disciplina. Al hacerlo, podrás disfrutar de un entorno laboral más saludable y productivo.